Seguridad ciudadana

Guardapolvos descansa a la entrada del ascensor. Comanda el batallón Verdugo, al mando de tres gatos diferenciados sólo por males: una oreja menos, una cola cortada, un ojo menos. Con ellos trabaja Gris, el gato mueblista y Noir, el que disfruta de las descargas eléctricas de los cables de la luz. Los vecinos les agradecen aprovisionándolos de agua ni comida, es más, en las vísperas de los festivos reciben regalos del almacén de menestras. Las fuerzas de orden los conocen y coordinan acciones conjuntas en distintas fechas combativas: contra cinco felinos saben que no existe defensa incorruptible. Y así, pasan las estaciones, el tiempo, y Guardapolvos no se ha dignado en levantar. Observa, contempla y todo sigue apacible.