Para alimentar el fuego
Cada vez le queda menos. Agónico está el tirano, los sentimientos que deberían aflorar podrían ser similares a los de un carnaval. Sin embargo, creo no hay nada que celebrar. El pinochetismo no está en agonía. La insolencia de sus partidarios, las matonescas actitudes de las fuerzas de control y orden, la inoperancia de las instituciones estatales recuerdan los sangrientos años que acontecieron desde el día que un puñado de imbéciles armados decapitó los sueños de justicia e igualdad de un país. El fascismo chileno no ha muerto aunque se vea débil. Sus representantes no están en el palacio de gobierno ni obtienen mayorías en los altos cargos representativos, quienes sí, individuos de dudosa calaña que de pueblo saben poco y en nada merman los intereses de quienes ya controlan hábilmente todas y c/u de las esferas en que se sustenta esta sociedad. Mientras, chilenos sufren por falta de atención hospitalaria, carencias alimentarias e insuficientes soluciones habitacionales ¿Esperamos condiciones propicias o exulsamos el odio de una vez por todas? Nada cae del cielo, y si así fuera serviría para lanzarlo en llamas junto al cemento. El resto, habladurías.
1 Comments:
la genialidad momentánea en inspiración y mente no siempre
se ponen de acuerdo para
crear un puente
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