Para tí :/

Existe la posibilidad de comenzar de nuevo, dejar de ser general rastrero-un pin8 chico- pulir lo sensible del humanx y articularse en un mundo que aunque cubierto de cemento continúa rompiendo el pavimento con las raíces de lo natural. Esculpido entre bosque y olas, quema la llama el verde al difuminarse en un haz de luz que como fugaz, errante y desconcertado astro cae en el planeta unozerozero.

Pintura de Javier Saavedra

Quién conoce en realidad las fases del astro celeste que encandila con el fulgor ardiente rompiendo la monotonía de la negra envoltura que como manto chamánico cubre la tierra cobijándose antes de alguna nueva ocurrencia de Gea.

¿Quién?

Estira el rollo color firmamento para que retrocedan rápidamente los fuegos que marcaron con extrañas figuras la bóveda.

Los pájaros!

Camote

Sus pocos pelos armonizaban con su piel ajada producto de la enfermedad por la que hedía tal y como un callejero. Al menor contacto pensaba eran cariños, movía la cola y se las arreglaba para autoacariciarse la mayor cantidad de veces antes que el involuntario dador de afecto cambiara de posición. Con la mirada perdida, disfrutaba de su dosis de amor inesperado. Un poco de comida concretaría su mejor sueño, su estómago hizo eco y se alejó del banco de plaza y las esquivas caricias para escudriñar entre las basuras abandonadas al pie del poste y tratar de ejercitar las mandíbulas.

El Dios de la Abundancia es la Pachamama, o sea, la Madre Tierra, quien es la que engendra y la que se encarga de dar sus frutos a sus hijas e hijos. Y son las hijas las que, a su vez, los cocinan y proveen de alimento a la familia.

Róbale

No importa el color, tampoco la marca. A mayor sofisticación o singularidad, mayor satisfacción, tal vez. Quizás mensajes sean emitidos por algún Medio de Comunicación Masiva, elaborados por pérfidas mentes de aficción pavloviana que ríen a carcajadas cuando pierden sus zippo. Puede ser. Seguramente es el instinto más básico, el aprehender el fuego, el hacer de sí y apropiarse del descubrimiento primordial de la especie para atesorarlo con ansias hasta el momento cúlmine del tenés fuego, sí, claro, la sonrisa, dientes en resplandor, ojos en brillo y el conjunto de certezas faciales coludidos en expresar la emoción de encender el pitarro y admirar aquella fuerza enarbolada en un vaivén anaranjado de la danza caliente en un calor minúsculo.

Concentrado únicamente en pasar desapercibido para el respetable que presenciaría su acto, el artefacto estaba a pasos de él, sacó las manos de los bolsillos repletos… justo para presenciar como la celeridad del colorín sin desparpajo lo dejaba boquiabierto. Y sin candela

AGUANTE MIERDA

AGUANTE TEMUCUICUI

El amanecer es la despedida de la noche pero este es un atardecer

La más grande

¿Por qué no te levantas de la tumba a cantar a bailar a navegar en tu guitarra? (…)Qué te cuesta, mujer, árbol florido Àlzate en cuerpo y alma del sepulcro y haz estallar las piedras con tu voz,

Violeta Parra.