En 2006, el crecimiento económico se alejó marcadamente de su crecimiento de tendencia. Acotando forzadamente el gasto público, se desaceleró la economía llegando a cifras que en Agosto arrojaron apenas un 2,7 % de crecimiento de los últimos 12 meses.
La derecha insiste en argumentar que cuando se tienen mayores ingresos permanentes, el Estado debe aumentar el gasto público o reducir los impuestos. Nada más alejado de la realidad.
En el actual mecanismo presupuestario se pueden acrecentar los excedentes sin tope, colocándolos en activos financieros; no efectuando un equilibrio adecuado entre tomar providencias para otras fases de la evolución del país-que se producirán necesariamente- y desarrollar nuevas potencialidades en la economía chilena, dependiente de unos pocos recursos naturales o producciones de bajo valor agregado.
Propio de las concepciones neoliberales, el Estado no está dispuesto a cumplir un papel activo. El gasto público aumentó a un 8,9 % (que equivale a un 20,57 del PIB) pero el temor al alza de los precios lleva a aplicar políticas que van en dirección contraria al crecimiento económico y a reducir las elevadas tasas de desempleo.
La preocupación oficial es el equilibrio fiscal a futuro, cuando lo que se debería tratar es de equilibrar la economía y producir un viraje. En lugar de no gastar, como se está haciendo, hay que gastar en inversiones para incorporar al carro de la economía a los desplazados.
Grande Hugo Fazio!